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"Tumba de sus tiranos" reza el lema de su escudo, en clara alusión a la gesta de sus pobladores durante la Guerra de la Independencia. En su ciudad capital, Barcelona, nació el general José Antonio Anzoátegui, al cual debe el estado su nombre. Allí mismo tuvo lugar, en 1817, la defensa de la Casa Fuerte, antiguo convento de San Francisco, ciudadela improvisada en donde el general Pedro María Freites, al frente de 700 hombres, resistió el ataque de 4 000 soldados realistas. Desde el año 1909 conserva el nombre de Estado Anzoátegui y su actual delimitación territorial. 

La mayor parte de la superficie pertenece a los Llanos. Hacia el norte, la sierra de Bergantín configura relieves montañosos y en el centro y el sur se encuentran la depresión del río Unare y las formaciones denominadas mesas, de las cuales la más extensa es la Guanipa, importante por su producción petrolera y de gas natural y por su reciente desarrollo agrícola. Pertenece a las cuencas hidrográficas del Orinoco y del mar Caribe. Las exportaciones petroleras, iniciadas en 1937, llegaron a su auge durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la gran demanda impuso tecnologías exhaustivas que luego ocasionaron el prematuro decaimiento de la producción, con graves consecuencias de despoblamiento y depresión económica. 

La política nacional de sustitución de importaciónes durante las décadas de los años 70-80, trajo consigo una rápida industrialización, particularmente en la conurbación Barcelona-Puerto La Cruz, con la consecuente reactivación de esos y otros centros poblados. Las bases económicas continuan siendo petróleo y gas, la industria manufacturera y la agricultura, incluyendo en ésta la ganadería y la pesca; más recientemente el turismo ha pasado a ocupar un factor relevante en el desarrollo de Puerto La Cruz y otras poblaciones costeras. 

Dotado de hermosas playas, el estado Anzoátegui comparte con sus vecinos Guarico y Sucre algunos de los ambientes de mayor belleza natural del país, lo cual, aunado al espíritu cordial, hospitalario y festivo de su gente, lo hace especialmente grato para el esparcimiento y solaz de los visitantes.