Recomendamos:
|
Barinas
"Aviva las candelas el viento barinés". Así comienza la
canción de la Guerra Federal (1859-1863) y alude a los vientos orográficos
que bajan de la cordillera de Los Andes con dirección oeste-este,
contraria a la de los predominantes en casi todo el país y señalan
la inminencia de las lluvias. Limitando al noroeste con la sierra de Santo
Domingo, con alturas máximas de 4 700 m y climas gélidos
en los paisajes andinos, se continúa con el piedemonte, para pasar
luego al alto y bajo Llano hasta la ribera norte del río Apure con
quien limita en el sur. Su relieve es predominantemente plano y lo riegan
innumerables cursos de agua que fluyen todos, directamente o indirectamente,
hacia el Apure, afluente del Orinoco. Entre los más importantes
ríos destacan en secuencia este-oeste: Guanare, Masparro ,Santo
Domingo, Anaro, Pagüey, Michay, Caparo y Uribante, todos navegables
por embarcaciones de poco calado y en algunos de los cuales se han construido
represas para el control de inundaciones y usos hidroeléctricos
o de riego como las de Boconó-Masparro y Santo Domongo. Luego de
sucesivos cambios de denominación, partiendo de provincia, en 1786,
y estado Zamora hasta 1936, en homenaje al "General del Pueblo Soberano"
Ezequiel Zamora, caudillo federal, desde ese último año se
denomina como hoy, estado Barinas.
Teatro importante de la Guerra Federal o Guerra Larga, en Santa Inés,
a pocos kilómetros de la capital, Barinas, se libró la más
cruenta batalla de esa guerra el 10 de diciembre de 1859.
La economía del estado estuvo dominada por la ganadería
y la agricultura del tabaco y el cacao, productos estos que se exportaban
por Puerto Nutrias, sobre el Apure, y luego por el Orinoco hacia Europa.
El tabaco de Barinas fué tan conocido en el viejo continente, que
primero se conoció allá el nombre de Barinas que el de Venezuela.
Las devastaciones producidas por la Guerra Federal y el paludismo, diezmaron
la ganadería y su población humana y provocaron migraciones
hacia otras regiones. Cuando aparece el petróleo en el estado, resugen
las actividades económicas y hoy es uno de los más pujantes
polos de desarrollo agropecuario del país, aprovechando sus inmensas
sabanas de pastos naturales y suelos con decidida vocación agrícola
y forestal.
La gran diversidad de climas y altitudes y la belleza de sus paisajes,
atraen el turismo interno con alagadoras perspectivas para la recreación
y el descanso.
|