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Tradiciones
Los Pastores
Entre la diversidad de manifestaciones populares existentes en Venezuela
para celebrar la Navidad, una de las más vistosas tiene como escenario
al estado Carabobo. Se le conoce como Velorio, Danza, o Romería
de los Pastores del Niño Jesús y se celebra en las poblaciones
de Aguas Calientes y San Joaquín, aunque también se realiza
en al unas localidades de vecino estado Aragua.
La celebración tiene una fecha móvil, se Lleva a cabo
el sábado o domingo previo al 24 de diciembre y, como su nombre
lo indica, está dedicada a honrar la figura del Niño Jesús,
cuya presencia preside un rito en el que se mezclan procesión, danza
y representación teatral.
En la fecha acordada, por la mañana, se realizan primeras comuniones
y es por la tarde cuando hacen su aparición pastores, pastorcillas
y otros personajes que crean un Llamativo cuadro gracias al derroche multicolor
de sus trajes. Los pastores portan sobre sus ropas de diario faldas hechas
con cintas y tiras de papeles coloreados que les Llegan hasta el tobillo.
Igualmente, un sombrero de cogollo cuya ala ha sido ampliada con un cartón
forrado con papel o tela, del cual pende otro juego de cintas de papel
que descienden hasta el talle de cada participante.
Con la imagen del Niño Jesús al frente, y acompañados
por un grupo de músicos, los pastores y las pastorcillas, junto
a personajes teatrales como el Titirijí, el Viejo y la Vieja,
se organizan en hileras y recorren las calles hasta concluir frente al
templo en donde se coloca la imagen del Niño y se da comienzo a
la danza que alterna una secuencia de coreografías en la que los
pastores actúan colectivamente con unidad de movimientos.
Uno de los efectos más llamativos de la coreografía se
produce gracias a los gajillos, sencillos instrumentos musicales formados
por largas varas de madera con un travesaño en la parte superior
en el que se colocan chapas de latón y cascabeles, junto con cintas
y flores de papel. En la ejecución de las coreografías los
gajillos se sacuden y percuten contra el piso produciendose un peculiar
sonido que marca el paso de los danzantes. La fiesta tiene también
su lado cómico y burlesco en las pastorcillas, hombres que se visten
al modo femenino y en los "cacheros", quienes gracias a un par de cuernos
sobre un trozo de madera controlan al público con simulacros de
embestidas que permiten mantener el orden simétrico de las hileras
de pastores.
Bibliografía.
Daría Hernández y Cecilia Fuentes.
Fiestas tradicionales de Venezuela.
caracas, Fundación Bigott, 1991 |