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Yaracuy
Llamado así en homenaje a un cacique jirajara de legendario valor,
nombre que comparte con uno de los principales ríos del estado.
La fisiografía yaracuyana presenta cuatro situaciones diferentes:
dos cadenas montañosas -al norte la sierra de Aroa y al sur el macizo
de Nirgua- y de por medio la depresión tectónica Turbio-Yaracuy
y el valle de Aroa; estos últimos se confunden en la Llanura cuasideltaica
de la costa del golfo Triste, aunque sólo un pequeño triángulo
corresponde al estado, cuyo vértice coincide con la desembocadura
del río Yaracuy La depresión Turbio-Yaracuy, con pendientes
suaves en los fondos del valle de ambos ríos, presenta una línea
de divorcio de las aguas aproximadamente en la cota 400, la cual divide
al estado con respecto a las cuencas hidrográficas del Orinoco y
el mar Caribe, hacia donde tributan sus cursos de agua. Tanto la depresión
como el valle de Aroa son asientos agrícolas de importancia, por
la calidad de algunos de sus suelos, y por la disponibilidad de agua para
riego.
La dificultad impuesta por las fallas geológicas perpendiculares
a la depresión Turbio-Yaracuy, así como los numerosos conos
de deyección formados por los cursos de agua y lo intrincada que
una vez fue la selva que ocupaba el valle de Aroa, obligó a construir
un pequeño ferrocarril entre Barquisimeto y Tucacas, única
vía de comunicación terrestre entre aquella ciudad y el mar.
Por allí salían pasajeros y carga de productos agrícolas
procedentes de los Andes, los Llanos occidentales Lara y Yaracuy hacia
Europa, hasta mediados de la década de los años 30.
Hoy en día el estado Yaracuy está atravesado por otro
ferrocarril que enlaza Barquisimeto, en el estado Lara, con Puerto Cabello,
en el estado Carabobo. Las otras vías, aparte de los caminos de
recuas, eran los ríos Yaracuy y Aroa. Por allí salió
el cobre de las minas de Aroa, propiedad del Libertador Simón Bolívar,
Llamado en Europa, según Humboldt, "cobre de Caracas" y preferido
entre muchos por su calidad superior. El pasado minero de Yaracuy no se
quedó en el cobre: también el oro fue parte de su historia
colonial. Las minas de Buría, de efímera existencia, fueron
motivo para un pintoresco gesto, con ribetes de heroísmo, como puede
calificarse la rebelión de los esclavos negros encabezados por el
Negro Miguel, quien en el año 1553 se proclamó rey, a su
mujer Guiomar la coronó como reina y designó a su hijo príncipe
heredero, llegándolo a nombrar obispo. Todavía quedan las
maltrechas ruinas del castillo de San Vicente, construido para la defensa
del Real de Minas de Buría, a unos diez kilómetros al suroeste
de Nirgua. En las inmediaciones de San Felipe, capital del estado, pueden
apreciarse las ruinas de San Felipe el Fuerte, primera fundación
de la ciudad, destruida por el terremoto del 26 de marzo de 1812.
En las montañas de Sorte, al sur de Chivacoa, se encuentra el
santuario de una deidad popular, la mítica María Lionza,
jineta en una danta, protectora de campesinos desposeídos, de las
aguas, la flora y la fauna, verdadera patrona del ambiente.
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