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Formó parte del estado de Guayana como departamento Zea, hasta 1864, cuando le fué cambiado por territorio Delta y comprendía todo el gran estuario del río Orinoco. En 1893 fue nuevamente anexado al estado Bolivar, hasta que en 1909 fue otra vez creado como territorio, con el nombre y límites actuales, permaneciendo así hasta 1991, cuando se designó con estado. 

Es muy probable que el nombre de Orinoco, que en lengua de los Waraos o Guaraúnos, según algunos autores, significa "tejidos de aguas", se refiera específicamente a esta región, pues es un término que, además de poético es extraordinariamente acertado como descripción del estado Delta Amacuro. Cientos de caños y decenas de bocas se entrelazan en complicada madeja acuática, hasta rendir sus aguas al océano Atlántico, el cual adquiere un color leonado en las inmediaciones del estuario. El brazo principal, el Río Grande, es navegable por buques de gran calado y por él salen a los mercados internacionales los minerales de hierro y aluminio que se extraen en la Guayana. Hasta hace uno 30 año existió al norte de la 
entidad, en la Isla Cotorra, cerca de pedernales, un campo petrolero hoy inactivo. El cierre del caño Mánamo, con el fin de lograr el saneamiento de tierras para dedicarlas a la agricultura intensiva a la vez de comunicar permanentemente por vía terrestre a Tucupita con el resto del país, hizo crear grandes espectativas, hoy disminuida por la presencia de suelos denominados "cat clays", de extrema acidez y alto contenido de azufre. 

El clima es macrotérmico, con temperatura media superior a los 27 grados centígrados y elevada humedad relativa, raramente inferior a 75%, y la precipitación alcaza los 1700 mm anuales en Tucupita, distribuida con gran uniformidad durante todo el año. 

La economía del estado está dominada por la pesca y, recientemente, por la actividad agropecuaria, especialmente la explotación de ganado de carne, en Tucupita su capital, funciona una refinería petrolera. La actividad turística se encuentra por debajo de su potencialidad, pues las dificultades ocacionadas por la geografía del territorio no han sido subsanadas; además, las soluciones deben ser cuidadosamente evaluadas en cuanto al impacto ambiental y social, hay que tener en cuenta el debido respeto hacia las comunidades indígenas, que en un elevado porcentaje predominan en el Delta.